Justin no hallaba forma de calmar la histeria de SelGo y como todavía se encontraba en los famosos almacenes no tuvo mejor idea que ir al baño se tomó las instantáneas y zas, se las envía a su adorada. Ya saben que una imagen habla por mil palabras, y la intención del canadiense fue decirle a su princesa que estaba ileso y que no tenía ningún rasguño en su hermoso cuerpecito, además que no había perdido tiempo y que se había comprado los interiores negros que tanto le gustaban.
El hecho es que alguien quería ocupar el baño y tocó la puerta, Justin en su apuro presionó la tecla equivocada y las gráficas fueron a parar al buzón de una fanática que ni corta ni perezosa las colgó en la página de su club de fans para deleite de todas las Believers. Una sector de las admiradoras alegan que el baby que aparece en las imágenes no es su adorado Justin y que no se terminan de tragar el cuento del asalto en New York. La niña que posteó las fotos salió a dar la cara y en su defensa entregó este filosófico mensaje: "Chicas a quien le importa si es o no es y como dijo el gran poeta, a soñar despiertas porque los sueños son sólo eso, pura fantasía". Lo que se olvidó la nenita fue de dar el nombre del autor de tan célebre frase.
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