Justin Bieber y su romance con las Beliebers

Justin Bieber nunca más va a estar solo, es su gran momento y el "baby face" del pop vive un particular romance con las Beliebers. Esta relación especial a veces tiene sus altibajos cuando el canadiense reclama su espacio y se desconecta del mundo virtual. Esta pausa en la recargada agenda de la estrella le permite relajarse para luego retomar con fuerza las obligaciones propias de su carrera. Jackita Bieber, Anita Bieber y Marita Bieber no son ni hermanas ni familia de Justin, ellas han adoptado estos nombres por el derecho que les concede el formar parte de este grupo de élite. El popular cantante reconoce que una de sus obligaciones es mantenerse en contacto con sus seguidoras a través de las redes sociales como twitter y facebook.
El singular grupo de fanáticas que se han bautizado como las Beliebers están en todas partes, las hay de todos los tamaños y colores. Un gran contingente son hispanas y viven en los diferentes países de Latinoamérica. El principal requisito para ser admitida en este séquito es jurar lealtad al rey, mejor dicho al principito Justincito. Otras obligaciones son aprenderse las melodías de memoria, tener el salvapantallas del celular y del portátil con la imagen del artista, forrar con sus posters las paredes del dormitorio y estar al tanto de sus presentaciones en shows y conciertos. De ser posible, aunque no es obligatorio, copiar el llamativo peinado del ídolo.
Justin Bieber tiene mucho que agradecerle a las Beliebers, es el único artista masculino que rompe récords en visitas a youtube junto a Rihana, Lady Gaga y Jennifer López las divas indiscutibles del showbusiness. En tiempos virtuales y de la cibernética las jovencitas han encontrado el medio ideal para expresarse y de paso liberar las hormonas tan características en esta etapa de la vida. No son todas pero si una gran mayoría la que pide la cabeza de Selena Gómez, la novia oficial del artista. La única regla es no llegar a extremos, de lo que se trata justamente es de pasarla bien y vivir a plenitud este hermoso capítulo de la adolescencia.